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El 2025 para la selección mexicana concluye entre dudas y críticas tras caer por 2-1 ante Paraguay en su último partido del año. Lejos de ser una despedida esperanzadora, el Tri ofreció un cierre preocupante que refleja varios problemas estructurales de cara al Mundial de 2026.

Desempeño débil y carencias tácticas

Aunque México tuvo una abrumadora posesión —según algunos reportes, hasta ~72 % durante el partido—, el dominio no se tradujo en efectividad. Paraguay, por su parte, fue más directo y letal: Antonio Sanabria abrió el marcador al inicio de la segunda mitad.

La alegría mexicana llegó con un penalti a favor por una falta sobre Orbelín Pineda, convertido por Raúl Jiménez de forma tranquila al 53’.  Sin embargo, solo tres minutos después, un error defensivo costó caro: Damián Bobadilla remató de cabeza un centro para poner el 2-1 a favor de Paraguay.

Críticas con justificación: de abucheos y protestas

El malestar no se limitó al terreno de juego. Los hinchas expresaron su frustración con abucheos constantes al equipo, y también se volvió a escuchar un grito discriminatorio desde las gradas, lo cual activó protocolos en el partido. Para muchos, era una imagen simbólica de un equipo que no logra encontrar identidad ni estabilidad bajo el mando de Javier Aguirre.

Una racha que preocupa

Con este resultado, México sumó seis partidos sin ganar, lo que representa su peor racha sin victorias en una década.  Después de ganar la Copa Oro más temprano en el año, el equipo nacional se ha estancado en amistosos, lo cual preocupa especialmente de cara al Mundial, donde se espera un rendimiento más sólido.

Alarmas encendidas de cara al Mundial 2026

La derrota ante Paraguay no solo deja un mal sabor de boca, sino que enciende señales de alarma sobre el estado del equipo. Según analistas, el equipo está “completamente desordenado” en ataque y carece de ideas claras para generar jugadas de peligro efectivas. SI Algunos lo interpretan como una advertencia: el Tri necesita una mejora drástica en los próximos meses si quiere competir mínimamente en su Mundial como país anfitrión.

¿Qué se puede rescatar?

  • Actitud de algunos jugadores: A pesar de todo, hubo esfuerzos. Jugadores como Orbelín Pineda mostraron compromiso y ganas de generar juego.

  • Oportunidad para el cuerpo técnico: Si bien Aguirre debe responder, también tiene tiempo (y partidos) para ajustar su planteamiento y consolidar un 11 competitivo.

  • Momento para reflexión: Este cierre de año no debe servir solo para lamentar, sino para repensar estrategias de formación, táctica y mentalidad colectiva.


En resumen, la derrota ante Paraguay fue más que un resultado adverso: es un reflejo de un equipo con problemas estructurales y emocionales. México cierra 2025 con más preguntas que respuestas, y la presión para encaminarse hacia 2026 será inmensa.