
Edad: 42 años
Residencia: Afton, Michigan
Historial criminal: El sheriff del condado de Grand Traverse, Michael Shea, indicó que Gille tiene un historial de “incidentes previos de agresión, así como violaciones relacionadas con sustancias controladas”. En 2014, cumplió una condena de 49 días en una cárcel de Florida por vandalismo y ha sido arrestado anteriormente por alteración del orden público y delitos relacionados con drogas.
Salud mental: Según informes, Gille fue diagnosticado con esquizofrenia paranoide hace 26 años. Su madre declaró en 2007 que él se mantenía estable cuando tomaba su medicación, pero solía dejarla porque su enfermedad le hacía creer que estaba bien. También se reporta que en el pasado fue declarado no apto para ser juzgado y se declaró no culpable por razón de demencia en 2016, en relación con cargos por desenterrar y mutilar cadáveres.
Posible motivo: El motivo del ataque sigue sin estar claro. Todo parece indicar que los ataques fueron aleatorios, sin evidencia de que las víctimas fueran seleccionadas intencionalmente. Testigos aseguran haberlo oído gritar que era un soldado y que todos en Walmart eran malos.
Libros: Según informes, Gille ha auto-publicado varios libros, incluido uno titulado “The Book of I Jesus Christ”, en el que relata sueños sobre sus vidas pasadas y se identifica a sí mismo como Jesucristo.
Cargos: Se espera que Gille enfrente un cargo de terrorismo y 11 cargos de asalto con intención de cometer homicidio.
Nota: Aunque existen reportes sobre su pasado y posibles problemas de salud mental, es importante recordar que la investigación sigue en curso, y las autoridades aún no han determinado oficialmente un motivo definitivo.
Reflexión:
Este caso es una llamada de atención sobre las complejidades que rodean la salud mental, la violencia y la responsabilidad social. ¿Qué ocurre cuando una persona con un historial tan preocupante logra llegar al punto de cometer un acto así? ¿Estamos haciendo lo suficiente como sociedad para identificar y atender estas señales antes de que se conviertan en tragedias? La prevención no solo recae en el sistema judicial o médico, sino en todos nosotros como comunidad.