screenshot_20240630-193045

Dozier recogió el jarrón de un estante de liquidación, creyendo que era una reproducción turística vintage. “Parecía antiguo, pero pensé que tal vez tenía 20, 30 años y era algún tipo de reproducción turística, así que me lo llevé a casa”, dijo a los reporteros.

 

La historia dio un giro inesperado en enero de 2024, cuando Dozier visitó el Museo de Antropología en México. Mientras recorría el museo, notó artefactos que se parecían mucho a su hallazgo en la tienda de segunda mano. Intrigada, envió fotos de su jarrón a un miembro del personal del museo, quien confirmó que su urna ceremonial era de hecho un auténtico artefacto maya.

 

Reconociendo la importancia cultural del jarrón, Dozier y sus hijos tomaron la honorable decisión de devolver el artefacto. Se reunieron con el Embajador Mexicano Esteban Moctezuma Barragán para entregar la urna, asegurando que sería restaurada a su lugar legítimo en México.

Dozier expresó que el acto de devolver el jarrón fue profundamente gratificante, afirmando: “Devolver el jarrón a su hogar en México fue más valioso que cualquier ganancia financiera”. Su acción desinteresada resalta la importancia de preservar y respetar el patrimonio cultural.

Esta historia de descubrimiento y restitución subraya los increíbles viajes que pueden emprender objetos cotidianos y el profundo impacto que las personas pueden tener al honrar la historia y el patrimonio.